Cada ser humano es único e irrepetible. Y entonces ¿por qué no usar el reconocimiento facial como reaseguro de que uno es uno, de nuestra identidad? En China ya es moneda corriente: ir a pagar al supermercado es poner la cara.

Se trata de una tecnología que se probará en Madrid durante seis meses. En el país se está evaluando ampliar el sistema de cobro para transporte.